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sábado, 27 de septiembre de 2014

Muestra de Puleva Max

Hace tan sólo unos días y a sabiendas de que este año iba a tener mucho más tiempo libre que el anterior, mi cabeza comenzó a elaborar distintos planes que poder llevar a cabo. Lo primero que hice fue 'dejar' aquel 'pasatiempo/curro' no remunerado que me robaba un par de días en semana y también los fines de semana. Me gustaba, pero sabía que iba a ser por un tiempo limitado y ese tiempo llegó a su fin... Estoy próxima también a abandonar otra de las obligaciones que me robaban el tiempo de los otros tres días de diario que tenía libres y la parte sobrante del fin de semana. Para que sea menos lioso, he pasado de estar ocupada de Lunes a Domingo, a tener que ir al gimnasio tan sólo cuando a mí me apetezca. ¿Qué le vamos a hacer? Las cosas han salido así y si para cumplir un sueño te tienes que meter en la boca del lobo, quizá el sueño no merezca tanto la pena. Yo me entiendo... Aún así, tampoco me puedo adelantar a los acontecimientos, porque aunque tenga superlativas ganas de mandar todo a la mierda todo (y a algunas personas en concreto más aún), por ahora no dije que no a parte de las obligaciones y sigo teniendo la semana ocupada. Así que he empezado con las pruebas...

Si alguien lee mi blog de vez en cuando o me conoce, sabrá que soy una persona con algunos problemas de alergias. Tengo tanto alergia por contacto, un simple roce con algo que me dé alergia puede derivar en muchos problemas; como alergias alimenticias, que provocan que si consumo algo que me provoque esta alergia, pueda tener un colapso en el organismo... El caso es que por ello, siempre que compro algo, tengo que mirar al detalle los ingredientes con los que está producido, ya sea una simple crema para la cara, como un bollo para la merienda. Hay que escribir a cada marca, hay que saber si siguen la normativa en cuanto a etiquetación de ingredientes y trazas... Es un trajín. Una vez todo ha pasado esa especie de filtro y he visto que el producto en cuestión es apto, puedo comprarlo, pero evidentemente y a pesar de todos los cuidados, puede ser que la información que me dieron fuese errónea y me vaya mal, puede darse el caso de que sea alérgica a alguno de los ingredientes y no lo supiera con anterioridad, puede ser también que no me guste el producto, etc. En el fondo, es algo que nos pasa a todos, pero yo suelo tener menos variedad en la que poder elegir. 

Pongamos como ejemplo (y es un ejemplo verídico) que me quiero comprar un jabón desmaquillante. Te vas a las grandes marcas (cuanto más conocida sea la marca, más garantías tienes de que todo saldrá bien) y después de hacer tu criba personal, tienes dos opciones: el jabón A, de color azul y el jabón B, de color verde. Ambos tienen un precio bastante elevado, no olvidemos que son marcas conocidas; pero además entre esas dos opciones, sólo puedes escoger entre dos productos de 500ml., lo que viene a ser medio kilo de jabón que nunca sabes si te irá bien... Y aunque no soy muy partidaria de ellas, pensé... ¿Y por qué no pedir muestras? Es cierto que es bastante molesto que al pedir cualquier tipo de muestra o información sobre algo, entres en un jodido fichero desde el cual te pueden dar la mandanga para meterte sus productos hasta en la sopa del mediodía (véanse las compañías de teléfono que todos conocemos, que no son famosas precisamente por su buen hacer y que no tienen otra hora para llamar que no sea la hora de siesta, en fin...). El caso es que se me ocurrió la idea de pedir muestras, siempre que hubiera, de los productos que mi familia o yo solemos consumir. Que ahora que lo pienso, en realidad son casi todos, porque hay un amplio abanico de edades que van desde los 10 meses a los casi 90 años... 

Y así fue como conseguí mi primera muestra, un litro de leche Puleva Max. Pedí las muestras el día 2 de Septiembre (¡empezando Septiembre a tope! xD) y el pasado día 17, ya estaba la carta en nuestro buzón. Ya os dije, es una marca conocida y suelen ser las que más ejemplo deben dar ante el consumidor. A pesar de ello, conozco algunas grandes marcas (una archiconocida de galletas, otra de bollería, etc., que ni siquiera se dignan a responder los emails). Puleva Max es una leche pensada para niños de más de 3 años, pero dado que tanto a mi abuela, como a mi madre y a mí la leche nos sienta fatal, casi siempre estamos probando marcas hasta encontrar la que nos vaya bien. ¡Creo probaremos Puleva Max las tres!



Mi peque es aún demasiado joven para probarla, pero oye, si está bien, las mayores no dudaremos en probar la Puleva mañanas ligeras, que es más digestiva porque han reducido el contenido en lactosa.  

Lo que tampoco conocía de esta marca era que tenía tantas variedades de leche: para bebés, para niños algo más grandes, con calcio, ecológica, con nueces... Estoy un poco anticuada en el mundo de las leches. De las de beber, porque de las otras recibo a diario...

Y en el caso concreto de Puleva Max, fue elegido producto del año 2013.                                                  




Lo dicho, que aquí tengo mi carta, mi cupón de descuento y... La leche que me van a dar... O bueno, que me han dado ya. Si queréis información sobre sus productos, cotillear un poco la web o preguntarles algo en concreto, aquí os dejo el enlace: Puleva Y toda esta propaganda, por una muestra de un litro de leche, imaginad si me hicieran socia. Guiño, guiño. (Creo que no cuela...)


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